“Agility” o agilidad, la palabra de moda en el mundo empresarial. ¿Pero realmente es una moda o está aquí para quedarse? Antes de responder este interrogante revisemos algunos datos:
En el 2018, los negocios más colaborativos puntuaron como la principal tendencia en el mundo empresarial. Uber, Facebook, Netflix y Airbnb encabezan las listas de empresas que han entendido al consumidor y lo han involucrado en el diseño de la experiencia de sus usuarios.
Para el 2019 se estima que la tecnología continúe siendo el principal acelerador y permee todos los entornos de vida:
- La realidad aumentada permitirá generar experiencias memorables desde los dispositivos móviles.
- Pasaremos del big data al small y smart data, esos datos que son lo suficientemente pequeños para accederlos, comprenderlos y utilizarlos en la toma de decisiones.
- La inteligencia artificial estará en el uso cotidiano, especialmente en la interacción por voz con el consumidor.
- En el 2.020 todos los dispositivos móviles tendrán tecnología biométrica.
- Más del 80% del tráfico en Internet proviene de vídeo.
- Los chatbots serán los protagonistas de la experiencia de cliente, gracias a su disponibilidad 24/7 para el consumidor. Para Pizza Hut, Ikea, Hubspot y Nordstrom esta tecnología es fundamental en su servicio al cliente.
Los influencers (personas reconocidas) y micro influencers (personas anónimas con influencia en un segmento específico) serán altamente relevantes para que los consumidores crean en un producto o marca. Según uno de los últimos estudios del IAB (Interactive Adverstising Bureau), el 85% de los usuarios sigue a influencers a través de las redes sociales.
Con el panorama anterior, son muchos los retos que tienen las empresas para dar una respuesta efectiva a lo que el entorno está generando. Podría decir entonces que la agilidad no es una moda, está aquí para quedarse y mientras la tecnología avance a velocidad vertiginosa, será un factor clave para que las empresas sean exitosas.
¿Cómo desarrollar agilidad?
El concepto de agilidad está relacionado con capacidad, es decir, que los colaboradores puedan responder rápida y convenientemente a la información de los cambios del entorno; y con competitividad, porque en la medida que las organizaciones cuenten con velocidad y efectividad de respuesta, serán mucho más competitivas que otras.
El estudio de Gallup sobre agilidad de 2018 evalúa si las personas tienen la mentalidad correcta para responder rápidamente a las necesidades comerciales y si se tienen las herramientas y procesos adecuados para responder rápidamente a dichas necesidades. En Francia, Alemania, España y el Reino Unido solo el 13,5% percibe a su empresa como “ágil”, un 30% parcialmente ágil y un 57% no ágil.
Respecto a estudios anteriores los indicadores han mejorado, hoy las empresas han vinculado prácticas que les permiten ser más ágiles: uso de la tecnología como acelerador, toma de decisiones rápidas, foco en la simplicidad, empoderamiento y confianza, libertad para experimentar e innovar, trabajo colaborativo y mayor apertura al riesgo.
Si usted quiere saber qué tan ágil es su organización, estas preguntas le ayudarán a identificar en qué nivel está:
- ¿Conoce lo que su cliente quiere y está dispuesto a pagar por su marca y producto?
- ¿Escucha a su cliente y lo vincula en el desarrollo de sus productos o servicios?
- ¿Su cliente percibe alto valor en sus productos?
- ¿Cuenta con estructuras más flexibles para agilizar la interacción y toma de decisiones?
- ¿Sus procesos son simples?
- ¿Los equipos de trabajo están empoderados y pueden hacer su trabajo y más?
- ¿Existen equipos interdisciplinarios y de diferentes áreas trabajando transversalmente?
- ¿Sus líderes apoyan el error como una forma de aprendizaje?
- ¿Sus líderes promueven el hacer las cosas de manera diferente?
- ¿Sus colaboradores optimizan su trabajo a través de prácticas como home office y horarios flexibles?
Si contestó afirmativamente a más de 6 preguntas, usted está en camino hacia la agilidad, pero si tuvo respuestas negativas por debajo de este número vale la pena que reflexione si la manera en que está haciendo las cosas le permitirá sobrevivir en el tiempo.
Par finalizar quiero compartir mi propia definición de agilidad y que la pueda retar a la luz de su experiencia: es la capacidad de una organización para adelantarse a su competencia al reconocer rápidamente las oportunidades que se presentan en los cambios del mercado y convertirlas en iniciativas que se desarrollan con rapidez y efectividad, generando retorno a la inversión.