Editorial: Meta4 América Latina
La gestión del compromiso cobra un papel decisivo en tiempos de crisis ya que es en esos momentos cuando una compañía puede apreciar el éxito de contar con una buena política de recursos humanos o por el contrario lamentar los efectos de las decisiones equivocadas o postergadas. En esos momentos es cuando los empleados clave, aquellos que más valor aportan a la empresa y que son más necesarios para capear el temporal, tienen ante sí dos alternativas: o refuerzan su compromiso con el trabajo y se alinean con los objetivos de negocio de sus compañías para salir adelante, o buscan nuevos (y más calmos) horizontes.
Retener a los empleados clave
Tal y como ponía de manifiesto la experta de la Universidad de Valladolid Celia Martín Sierra, uno de los riesgos de las crisis es entre otros aspectos, el «riesgo de fuga» de los empleados estratégicos de una compañía que suelen ser también los más demandados por otras firmas, las cuales utilizan todos sus recursos para atraerlos como parte de sus organizaciones.
Para que esto no ocurra y las compañías sean capaces de retener el talento de sus organizaciones, resulta fundamental que estas tengan bien definidas unas acciones previas ya que en esos momentos de crisis, generalmente acompañados de restricciones presupuestarias, el compromiso es uno de los principales vínculos de unión del empleado a la hora de permanecer en una compañía.
En estas instancias críticas, la motivación resulta vital ya que un empleado comprometido se sentirá parte de la solución y pondrá su máximo empeño en salir adelante. Además la cultura organizativa debe potenciar una comunicación abierta, una confianza mutua y es necesario (más que nunca) el sentido de pertenencia.
Sin embargo, los «cantos de sirena» podrán llegar desde el exterior. ¿Cómo reaccionará un empleado clave que tiene una posibilidad de pisar tierra firme en medio de este temporal? Según la última edición del informe «Global Workforce Study» sobre satisfacción laboral publicado por la consultora Towers Watson cada dos años, «el 42% de los empleados consultados en todo el mundo, considera que la estabilidad laboral es determinante a la hora de elegir un empleo«.
Las evaluaciones del desempeño podrían ayudarnos a anticipar la respuesta ya que ciertas acciones como el absentismo o una merma en el desempeño y la productividad son medibles, pudiendo denotar una creciente insatisfacción por parte del empleado.
Otra de las consecuencias de las crisis es la manifestación de los miedos. En Argentina, actualmente debido a la inestabilidad económica según un reciente revelamiento de la consultora Analogías, un 48,3% de los argentinos teme perder el empleo propio, o que lo mismo le suceda a algún miembro de su familia. Y para el Centro de Estudios Especializados en Trastornos de Ansiedad (CEETA), este fenómeno es raíz de otro que está teniendo lugar en los consultorios psicológicos: el aumento de consultas por trastornos de ansiedad.
La importancia del liderazgo
Por todo lo anteriormente citado, la figura del líder en las empresas resulta fundamental. La existencia de un «piloto que ayude a atravesar las tormentas» es clave. El líder debe transmitir seguridad y conducir a la organización hacia el futuro en el camino correcto, debe estar dispuesto a escuchar y calmar las dudas de sus empleados y si existe una relación transparente y de mutua confianza previamente cultivada, buena parte del trabajo ya estará hecho.
Las crisis son épocas de restricciones en las que los incentivos económicos pasan a un segundo plano, sin embargo el empleado para estar comprometido debe tener la seguridad de que su esfuerzo se verá recompensado, que la organización es justa y premia el compromiso de su plantilla.