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Escrito por Florian Jouanel
Este mes participé en el 2nd Pan-European HR Forum, que tuvo lugar en Bruselas. En él tuve la oportunidad de asistir a diversas actividades y charlas de las cuales me gustaría destacar dos. En primer lugar la conferencia dada por Stephan Thoma de Google, Global head of Talent & Development, por el impacto internacional de esta compañía, pero también por mi interés personal en Google.
La otra conferencia que me fascinó fue la dada por el Dr. Juan Humberto Young, llamada ¨Positive Leadership for Optimal Human and Organisational Performance¨, ya que, aunque he leído bastante sobre liderazgo, este ponente me dio una visión totalmente nueva sobre un tema que encuentro realmente interesante.
Dr. Young centró su ponencia en una nueva perspectiva sobre cómo ejercer el liderazgo, y qué es lo que motiva a la gente. Explicó que la ciencia ha demostrado que cuando las personas sienten emociones positivas, se maximizan sus mejores cualidades y sus fortalezas. Todo ello les genera una especie de satisfacción, y un sentido de pertenencia a un grupo de relaciones interpersonales positivas, lo que les hace sentir que su vida laboral y personal tienen más sentido. Y con todo esto realizan mejor su trabajo. ¡Nada fácil de explicar en tan pocas líneas!
A pesar de ello el Dr. Young fue capaz de contarlo con tal pasión y con una lógica tan convincente, que me abrió una nueva perspectiva –más positiva-, aunque en la línea que yo ya intuía. Hasta entonces pensaba que esta idea solo podría funcionar en un mundo perfecto en el que la gente se automotivase, y en el que la motivación no viniera promovida por el dinero u otros beneficios materiales. El inspirador discurso del Dr. Young hizo que mi punto de vista cambiase y me mostró que esta manera de liderazgo puede funcionar el en mundo real y no sólo en un mundo perfecto.
El párrafo introductorio de esta sesión que figuraba en la web del evento decía: «Cuando equipos bien cohesionados hacen sus tareas lo mejor posible, éstos llevan a la organización a conseguir resultados extraordinarios. El liderazgo positivo es el camino hacia esta situación y no se trata de la búsqueda de la felicidad, sino de una relación buena para ambas partes en la que al mejorar el compromiso del empleado y su bienestar se mejora también la base organizacional de la compañía». Tuve la suerte de que el Dr. Young se detuviera a explicarme personalmente su teoría.
Tras su charla, fui el primero en abandonar la sala para volver a tiempo al stand, pero seguía dándole vueltas a todo lo que el Dr. Young había contado en su discurso. Todavía tenía muchas dudas y decidí acercarme a él con las preguntas que ésta me había generado. Lo localicé entre la gente, me acerqué a y le pregunté sobre la naturaleza de la «motivación» en referencia a una de las diapositivas de su presentación titulada People always want a bigger egg, en la que aparecían unos pequeños huevos que crecían progresivamente. En este mensaje, discurrí que lo que motiva a la gente no es el dinero, sino trabajar por un objetivo común. Y una vez alcanzado su objetivo, caminar hacia uno nuevo.
Yo creía que esto siempre se cumplía, pero el Dr. Young no lo confirmó ni lo negó. En cambio, se dirigió a la pizarra y comenzó a dibujar esquemas lineales diseñando la felicidad y el dinero y cómo estos no crecen de manera paralela. Me sorprendió positivamente que se detuviera a explicarme esto personalmente, y cómo todo lo que dijo tenía mucho sentido para mí. Me quedó claro que su «motivación» para dedicarme tiempo y esfuerzo no tenía nada que ver con conseguir mayores ventajas salariales. Sirvió para que llevara conmigo de vuelta su mensaje sobre el poder de liderazgo y de gestión.
