En la coyuntura económica actual mucho se habla de la necesidad de romper barreras geográficas y expandir horizontes. En un mundo globalizado e hiperconectado, parece que la empresa encuentra su razón de ser en la internacionalización y el desarrollar una conciencia de gran mercado global se contempla como una necesidad. La expansión internacional es necesaria no solo para sobrevivir en una situación económica complicada, si no para mejorar, subir de nivel. Yendo un paso más allá, podemos decir que puede ser el estado natural en una realidad en la que todo está conectado y las fronteras se disipan.
Escuchar a miembros de la administración pública, emprendedores y empresarios, y expertos en economía y management en el VI Congreso Internacional de la Excelencia ofrecido por Madrid Excelente me ha permitido valorar la cuestión de la internacionalización de la empresa y aproximarme a una cuestión que considero importante: ¿Qué papel juegan los RRHH en este proceso?
En las conferencias de Madrid Excelente, en la que se habló de los elementos fundamentales para la internacionalización, una idea prevalecía sobre todas y era factor común en la mayoría de las ponencias: la expansión internacional supone competitividad y excelencia.
Para embarcarse en este proceso, las empresas han de disponer de una serie de recursos y cumplir una serie de requisitos, no solo económicos y de negocio, sino también humanos.
Es bien sabido que la calidad y gestión del capital humano de la organización es fundamental para trabajar de manera eficiente y mejorar la productividad, pero en un mercado global adquiere una nueva dimensión. Formar un equipo capaz de trabajar sobre las bases de la excelencia y competitividad ha de ser uno de los objetivos de cualquier organización que se plantee actuar a nivel global.
Solo el talento nos va a proporcionar un equipo capaz de desarrollar productos innovadores de acuerdo a la demanda actual. Porque ser internacional no supone únicamente tener un producto adaptado a las necesidades globales y jugar en un escenario global, si no que los recursos que tenemos también han de ser globales y poseer una conciencia innovadora. Estamos hablando de un equipo eficiente y productivo que sepa desarrollar productos diferenciadores con los que poder competir fuera de las fronteras tradicionales, un equipo formado por personas especialistas en su campo y excelentes trabajadores.
Pero no siempre les resulta fácil a las organizaciones encontrar a estos especialistas, «hay competencias claves que escasean y su distribución mundial está llevando a las compañías a desarrollar nuevas formas de encontrar talento, desarrollar competencias y compartir mejores prácticas» (Bersin, Global Human Capital Trends 2014). Hoy más que nunca se habla de que tanto para encontrar al mejor talento como para retenerlo las empresas han de ser capaces de innovar y estar a la altura de las expectativas de estos empleados, cada vez más exigentes con su puesto de trabajo.
Podemos decir, por tanto, que talento, excelencia, competitividad, especialización e innovación son caras de un mismo prisma. Ser eficientes y productivos en entornos globales implica buscar y potenciar el talento. Un talento que nos va a permitir ser especialistas en nuestro campo y buscar la excelencia innovadora para competir en un entorno global que es ya una realidad.
Artículo por Irene Giménez Lozano.