Octubre y noviembre han sido meses intensos para el mundo de RR.HH. He tenido la oportunidad de seguir de cerca varios eventos clave – HR Innovation Summit, HR & Learning Technologies, HR Expo y Cegid HR Connections en Latam – y todos han coincidido en un mensaje inequívoco: RR.HH. está más activo y es más influyente que nunca.
Entre charlas, paneles y conversaciones con profesionales del sector, reapareció una idea que llevo tiempo defendiendo: si queremos organizaciones preparadas para un futuro incierto, necesitamos diseñarlas como lo haría un arquitecto que piensa en décadas, no en meses.
Y eso empieza, siempre, en los cimientos.
Construir para durar: lo que las organizaciones necesitan ahora
El año pasado hablaba de los profesionales de RR.HH. como “arquitectos del talento”, capaces de diseñar experiencias laborales que inspiren y hagan crecer a las personas. Hoy quiero ampliar esa metáfora.
Ser arquitecto no significa únicamente diseñar espacios; significa proyectar estructuras con la intención de perdurar, adaptarse y sostenerse en el tiempo.
Esa idea se ha repetido en todos los foros recientes: para navegar un contexto cambiante, acelerado y tecnológico, necesitamos estructuras sólidas, claras y coherentes.
Y eso implica:
- modelos de competencias claros y vivos,
- procesos de talento bien conectados,
- tecnología capaz de acompañar el ritmo del cambio,
- y culturas organizativas que actúen como guía y propósito.
Porque cuando la base está bien construida, el paso del tiempo no desgasta: fortalece.
Siempre digo que uno de los edificios que más me sorprende de Madrid es la Torre Picasso. No por su espectacularidad, sino por su elegancia, su sobriedad y su elegancia que hacen no se le note el paso del tiempo. Es un edificio que demuestra que cuando un arquitecto diseña con visión, las generaciones pueden apoyarse sobre esos mismos cimientos durante décadas.
Y en RR.HH. ocurre exactamente igual, cuando los cimientos están bien construidos, la evolución es natural.
La gestión por competencias: la estructura invisible que sostiene todo
Mucho antes de hablar de IA, automatización o inteligencia predictiva, hay algo que sigue siendo el punto de partida de todo proyecto de talento: la gestión por competencias.
Una buena gestión por competencias es como la estructura de un edificio: no se ve a simple vista, pero lo sostiene todo.
Cuando esta base es sólida:
- La evaluación del desempeño tiene sentido.
- El desarrollo profesional deja de ser genérico y se vuelve estratégico.
- El reclutamiento identifica verdaderamente “el ajuste” humano y técnico.
- La formación no es reactiva, sino predictiva.
- La IA no sustituye: potencia.
Porque la tecnología —y esto también ha sido un mensaje común en todos los eventos— solo hace crecer lo que ya existe.
Si la base está mal, la IA solo amplifica el desorden.
Si la base es sólida, la IA acelera el crecimiento.
Tecnología como aliada: cuando el edificio se vuelve flexible
En todos los foros que hemos vivido estos meses hubo un denominador común: la urgencia de contar con soluciones HCM flexibles, conectadas y capaces de evolucionar.
La tecnología ya no se valora solo por su funcionalidad, sino por su capacidad de:
✔ Adaptarse a los cambios normativos, organizativos o del mercado sin fricciones,
✔ Integrar datos para tomar decisiones más humanas y estratégicas.
✔ Ser intuitiva para todos, no solo para especialistas.
✔ y ofrecer agilidad en un entorno que exige inmediatez.
Una plataforma HCM moderna debe funcionar como un edificio inteligente: predice, responde, acompaña y evoluciona.
Y, sobre todo, libera tiempo para lo verdaderamente importante: las personas.
En Cegid lo vemos cada día: las organizaciones ya no buscan “un sistema”, buscan un socio tecnológico para construir su futuro.
Lo que nos han recordado los eventos de este año
Aunque cada uno tenía su propio enfoque: innovación, aprendizaje, cultura, talento, tecnología, todos los eventos han coincidido en tres tendencias clave que marcarán 2026:
- La tecnología HCM es una palanca real de transformación. Ya no hablamos de “digitalizar”, sino de rediseñar cómo trabajamos.
- La experiencia humana es el centro del diseño organizacional. Bienestar, liderazgo empático, escucha activa y propósito: vuelven a ser la brújula.
- Los datos como elemento estructural. Son la nueva base para construir culturas adaptativas y decisiones inteligentes.
Mirando a 2026: construir mejor, construir con propósito
El futuro del trabajo no será solo digital, ni solo humano. Será una combinación arquitectónica bien diseñada: estructuras sólidas, tecnología flexible y una cultura que permita que las personas florezcan.
Y como sucede con la Torre Picasso, lo que construyamos hoy debe resistir el tiempo, las modas y los cambios. Debe adaptarse, pero sin perder su esencia.
RR.HH. tiene ahora la oportunidad —y la responsabilidad— de diseñar esos cimientos.
De pasar de la reacción a la visión. De lo táctico a lo transformador. Somos, sin duda, los arquitectos del mañana. Y este es el momento perfecto para construir los cimientos de las organizaciones que vendrán.

