El departamento de Recursos Humanos en el actual escenario empresarial, altamente competitivo y globalizado, debe buscar el protagonismo estratégico dentro de las organizaciones.
Por tal motivo, las prácticas de gestión del talento del pasado quedan desactualizadas y deben ser sustituidas por una transparencia renovada, con un enfoque abierto a la discusión de cómo se define, mide, premia y gestiona uno de los activos más importantes de las compañías.
Las prioridades de hoy han cambiado, es imperante adoptar la creciente tendencia de las empresas de dar mayor importancia a las personas ocupando un papel preponderante en sus operaciones. En este contexto, el inconveniente es que muchas organizaciones aún tienen una visibilidad muy escasa de su talento. No lo miden con exactitud y son reacias a tratarlos de manera diferente, optando por un enfoque igualitario, sin diferenciar las necesidades de sus empleados para ajustarse a ellas, es decir, no gestionan su talento.
Es indispensable que las estrategias de talento dejen de consistir en un simple reemplazo de posición, para basarlas en necesidades de proyecto a largo plazo. No es suficiente con optimizar los procesos administrativos, sino que además se requiere de selección, capacitación, evaluación, planes de carrera, desarrollo y sucesión en la gestión del talento, tanto a nivel local como regional y global, ya que las empresas multinacionales requieren localizar al mejor talento de una manera más rápida, siendo ésta una cuestión básica para alcanzar su ventaja competitiva. Además, precisan retenerlo y estar conscientes del alto costo que supone la rotación entre los empleados altamente calificados.
De tal forma que, renovarse, es el gran desafío para la gestión del talento humano. Ser flexibles y encontrar la mejor opción para el desempeño de las tareas, alineándose a los objetivos de negocio de la empresa y siguiendo la tendencia de integrar prácticas de gestión para las nuevas generaciones como movilidad, indicadores predictivos, análisis del comportamiento organizacional, redes sociales corporativas, eLearning, portales de autoservicio, eRecruiting, entre otras.
La tecnología digital y la conectividad, son factores fundamentales que cambiarán la forma de entender la gestión del talento y de la empresa, porque está originando nuevos modelos de negocio que requieren un nuevo tipo de profesionales y directivos. La digitalización supone una nueva forma de organización hiperconectada y de gestión del talento colectivo. El surgimiento de comunidades como mecanismos organizativos hace que valores como la colaboración, la confianza y la transparencia se conviertan en elementos importantes en las nuevas organizaciones para cambiar la gestión del talento.
Las organizaciones que deseen tener éxito, deberán enfocarse en la importancia de potenciar su talento y entender que éste va de la mano de la tecnología, para que tanto las empresas como los colaboradores superen los retos actuales a los que se enfrentan, tales como la transformación digital, internacionalización y la capacidad de adaptación ante los constantes cambios.