Más allá del proceso de innovación

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El desarrollo de nuevos productos es complejo, y cada vez lo es más. Los responsables de renovar la oferta de una empresa deben entender la evolución de las necesidades del cliente, entender como explotar los beneficios de las tecnologías emergentes, diseñar modelos de negocio robustos y trabajar para alinear a los distintos actores, involucrados en el proceso, para garantizar el éxito del nuevo producto.

El mayor problema al que se enfrentan es que deben hacer todo eso en un contexto en el que el ritmo de cambio acelera, y las herramientas que han utilizado durante muchos años, para crear nuevos productos, están empezando a fallar.

¿Por qué sucede esto? En pocas palabras, las herramientas fueron diseñadas para entornos mucho más estables. Las nuevas tecnologías digitales están cambiando la velocidad del proceso de innovación, el diseño de los productos, y los modelos de negocio de estos. A menudo, todo a la vez.

Muchas empresas están abordando el desafío que el cambio presenta, y lo hacen apostando por integrar la innovación en su día a día. Debido a ello, y en un intento de acelerar la innovación, han implementado programas de innovación abierta, han incorporado plataformas de innovación, con el fin de incrementar el flujo de ideas, y el compromiso de sus empleados, han incorporado incubadoras, han intentado agilizar sus procesos internos e incorporado algunas de las metodologías más novedosas en el ámbito de la innovación corporativa.

Sin embargo, todas estas iniciativas no son suficientes para que la innovación sea exitosa y arraigue en la organización. Para lograrlo, es necesario mirar más allá del propio proceso de innovación. Disponer de un proceso definido, con etapas y herramientas, es una condición necesaria pero no suficiente para enfrentarse al reto de la innovación constante.

Si se desea crear el entorno organizativo adecuado para integrar la innovación en la empresa, además del proceso en sí mismo, se deben tener en cuenta otros aspectos que contribuyen a crear las condiciones para fomentar y facilitar la innovación, de tal modo que aporte valor a la estrategia de la empresa.  A continuación, y sin ánimo de ser exhaustivo, expongo cuatro de estos aspectos.

En primer lugar, debemos centrarnos en la estrategia. Esto tiene que ver con la dirección estratégica de la empresa a largo plazo, y con su propuesta de valor. Por lo tanto, debe comunicar de manera clara los ámbitos en los que la empresa desea centrar sus deseos de innovación y transformación. Esto servirá para entender la contribución que la innovación debe jugar para implementar la estrategia.

Las preguntas que debemos poder responder son las siguientes:

  • ¿Tiene la organización una estrategia para el futuro (un objetivo o misión)?
  • ¿Apuesta la organización por el crecimiento, el cambio o la innovación?
  • Si está presente, ¿se entiende claramente la estrategia de la organización y la contribución que debe realizar la innovación?

En segundo lugar, se debe abordar el tema de las capacidades relacionadas con la innovación. Para poder integrar la innovación en una organización, es importante que la innovación vaya más allá de un departamento específico y pueda de este modo tener una influencia en decisiones estratégicas

Aquí las preguntas a formularse pueden ser:

  • ¿Saben los miembros de la organización como aplicar la innovación?
  • ¿Comprenden las personas de la organización el valor de la innovación?

En tercer lugar, tenemos las directrices. Es decir, los mandatos para que las personas de la organización utilicen la innovación. A la hora de saber si este aspecto ha sido tenido en cuenta, nos puede ayudar responder a las siguientes preguntas:

  • ¿Se exige a las personas de la organización que sean innovadoras?
  • ¿Existen KPI’s que monitoricen la innovación, tanto a nivel individual como colectivo?
  • ¿Existen funciones, o roles, en la organización que estén vinculadas a la innovación?

Por último, tenemos las instalaciones físicas y los recursos dedicados a la innovación. Podemos formularnos las siguientes preguntas:

  • ¿Se le da a la innovación un espacio apropiado dentro de la organización?
  • ¿Proporciona la organización los recursos necesarios para abordar la innovación con garantías?

Sin duda, podríamos ampliar la lista de aspectos que deben ser tenidos en cuenta para incorporar la innovación a una organización, y poder así hacer frente a los cambios, y los retos que el entorno presenta a las organizaciones. Pero el mensaje de fondo es que hay que tener en cuenta que aprender e instaurar un proceso de innovación, basado por ejemplo en metodologías como Stage_Gate, Lean Startup o Design Thinking, no garantiza en ningún caso que la empresa sea capaz de integrar la innovación en su ADN.

Ese proceso debe acompañarse de otras actuaciones que permitan enfocar las contribuciones que la innovación debe realizar para lograr los objetivos de la empresa, asegurar que las personas de la organización conocen el valor de la innovación, y son capaces de aplicarla, establecer un modelo de gobernanza de la innovación, diseñar nuevos roles y funciones vinculados a ella, y facilitar los espacios y los recursos para que la innovación pueda ser una realidad.

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ESCRITO POR

HR Blogger

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