En ocasiones me han preguntado cuál es el criterio que sigo para elegir temas de investigación. Desde 1984, la palanca ha sido la siguiente: si quieres entender algo, escribe un libro. Con ese razonamiento seleccioné el argumento de mi primera tesis doctoral: El concepto de causa sui en Descartes. Consideré que comprender en profundidad al autor de El discurso del método me permitiría dilucidar la evolución y transformación del pensamiento europeo.
Cada uno de mis textos posteriores encuentra sus cimientos en alguna reflexión paredaña: Egipto, escuela de directivos (LID) fue motivado al percibir, durante una prolongada estancia a orillas del Nilo, una civilización de la que, a través de Grecia y Roma, vivimos; ¡Camaradas! De Lenin a hoy (LID) fue fruto de la interpelación sobre cómo es posible que esta ideología siga encontrando partidarios; El management del III Reich (LID) fue provocado por tratar de discernir cómo un país se rendía ante un indocumentado cabo austriaco supremacista, nacionalista y socialista que preanunció en Mi lucha sus afanes homicidas; 2000 años liderando equipos (Kolima) fue engendrada para tratar de calar en cómo una organización que ha acumulado junto a personajes sublimes lamentables dirigentes, ha sobrevivido y se ha expandido más que ninguna otra.
En mayo de 2022 verá la luz El encuentro de cuatro imperios. El management de españoles, aztecas, incas y mayas (Kolima). El hontanar del que surge es pretérito. En 1991 pisé por primera vez tierra americana y desde entonces he retornado en docenas de ocasiones a ese maravilloso Continente. Desde muy pronto recopilé documentación. El discernimiento de esas civilizaciones me imantó, suscitando en mí una inagotable fascinación.
Muchos siglos antes de que Colón llegara, múltiples pueblos habían transitado por América. Docenas de estirpes habían dejado su impronta en múltiples aspectos. También, por supuesto, en la gestión de personas y organizaciones.
España fue, desde el siglo XVI, una potencia intelectual, como demuestran la Escuela de Salamanca -Joseph Schumpeter exteriorizó que hay que agradecer a nuestro país la fundación de la economía como disciplina científica- y la obra de incontables autores del Siglo de Oro.
Es España el primer lugar donde un hombre de raza negra ocupó una cátedra: Juan de Sessa o Juan Latino (1518-1596), hijo de esclavos de la casa Aguilar en el Palacio de Baena y paje del nieto de Gonzalo Fernández de Córdoba, el Gran Capitán. En su cursus honorum aletea lo novelesco y se manifiesta la complejidad de una sociedad donde pervivía el esclavismo. Latino maridó con una mujer de la baja nobleza y ocupó la cátedra de Gramática y Lengua Latina de la catedral de Granada, cargo que mantuvo durante dos décadas. Escribió obras poéticas en latín de desigual corolario. De su mañoso manejo de la lengua de Virgilio escribió Miguel de Cervantes en los preliminares de El Quijote.
Ojalá El encuentro de cuatro imperios sirva para que muchos, al igual que 2000 años liderando equipos (Kolima), conozcan los orígenes de incontables sapiencias del management. En el texto encontrará los específicos procesos de formación de las castas superiores, las normas legales, las indicaciones referentes a la Responsabilidad Social Corporativa y un sinfín de saberes tan instructivos como aplicables. No se omiten, como es obvio, comportamientos menos ejemplares como el canibalismo, sacrificios humanos, etc. En la actualidad, aunque no de forma sanguinolenta, algunas organizaciones, incluso de pretendidos fines sublimes, siguen inmolando personas a un conjeturado bien colectivo.