Una gran parte del éxito de una compañía, se basa en saber gestionar sus Recursos Humanos. Este departamento cobra, además, especial relevancia a la hora de elaborar las estrategias empresariales en lo que se conoce como un entorno VUCA (Volatilidad, Incertidumbre, Complejidad y Ambigüedad) como el que vivimos hoy en día.
El dinamismo no afecta solamente a la aparición de nuevas oportunidades de negocio, sino también a la propia naturaleza de la empresa y sus empleados. Así, resulta vital para una organización disponer de la suficiente capacidad para poder evitar las fugas de talento, retener a los empleados o aumentar el rendimiento de los mismos. Y eso no llega por arte de magia, sino que es el fruto final de los planes y estrategias de desarrollo que haya diseñado la compañía.
Establecer un programa para diseñar un plan de carrera y desarrollo para cada uno de los colaboradores, es una manera de asegurar que en la organización se desempeñará a la gente correcta que cuenta con las habilidades que se requieren actualmente y a futuro, siendo importante tanto el diseño como su gestión y supervisión. Pero, ¿cómo se crea un plan de desarrollo adecuado?
Para que resulte efectivo en todas sus aristas, es necesario que el plan sea personalizado y que se adapte al cuerpo y la forma de la empresa. Se deben fijar unos objetivos previos, y escoger a los empleados o participantes que se desea estimular. Recordemos que un plan de desarrollo efectivo está centrado en la esfera humana de la empresa, en sus colaboradores.
Y para conseguirlo, existen dos enfoques o vías. Una primera, orientada hacia una visión más empírica, en la que se construye el plan en función del rendimiento experimentado, basado en una evaluación del desempeño. Y una segunda más enfocada hacia el futuro, y que gravita sobre el posible potencial de los empleados. Una buena empresa debe saber, en este entorno tan ágil en el que nos movemos, gestionar las fugas e intentar, en la medida de lo posible, evitarlas. Para ello los planes que estimulen a los empleados con más talento y ayuden a retenerlos, supone una cuestión de vida o muerte para la compañía. ¿Pero cómo retener el talento si ni siquiera podemos identificarlo? Antes de mirar hacia fuera es recomendable echar un vistazo al interior de nuestra organización. Puede que el talento esté ya delante nuestro.
Una de las formas de estimular y potenciar a los empleados es mediante planes de formación personalizados, que sirvan para ayudar al profesional a alcanzar el nivel de conocimientos y habilidades deseado, mediante el desarrollo de determinados aspectos. Una ventaja de esta alternativa es las posibilidades que ofrecen las plataformas online, denominadas `LMS´ o Plataformas de Formación Online. Y es que, gracias a estas plataformas, el empleado puede acceder a módulos, cursos o tutorías desde casa o el trabajo y en cualquier momento. Aspectos que se deben tener en cuenta a la hora de trazar estos planes teniendo en cuenta la situación personal del trabajador para que pueda exprimir al máximo la formación y resulte ventajoso para la empresa.
Una segunda fórmula, es el denominado Coaching, que consiste en acompañar a los empleados, mediante la figura de un tutor o coach, a través de fases u obstáculos con el fin de asesorarlos y ayudarlos a lograr el grado de independencia óptimo, a la vez que superan con éxito los desafíos que se les presentan. Además de ayudar al empleado, puede ser una buena fuente de información para el manager sobre las aptitudes de sus equipos.
Y, en tercer lugar, el Mentoring aprovecha la experiencia y capacidades de una persona experimentada en la empresa, para acompañar a una recién incorporada con el fin de compartir su know-how y desarrollar competencias útiles de cara a futuros retos laborales.
Adicionalmente, resultará importante destacar los beneficios que puede aportar el uso de herramientas tecnológicas especializadas, que puedan acompañar a nuestros Planes de Desarrollo. No obstante, resultará imprescindible contar con un buen marco de comunicación a la hora de embarcarse en estos proyectos, para poder realizar un seguimiento cercano de estos planes y obtener feedback que nos permita mejorar los procesos.