Editorial: Meta4 América Latina
Se afianza en el mundo esta nueva forma laboral y América Latina no es la excepción. Este artículo repasa los mitos detrás de esta modalidad, los desafíos que representa y qué se espera para el año próximo.
La «Nube» está cada vez más presente en la vida de las empresas y organizaciones, acompañada de un nuevo estilo laboral que propone un giro en la forma histórica en la que se organizaban las compañías: prioriza el trabajo por objetivos y la accesibilidad, por lo que los sistemas de gestión Cloud se convierten en aliados eficaces.
Hoy, en América Latina, alrededor del 80% de los empleados ve con buenos ojos la idea de trabajar en forma remota. En Colombia, cifras brindadas por Fedesarrollo indican que un 9% de la población de ese país –unas 31 mil personas- realizan teletrabajo. En México, estudios llevados adelante por la Universidad de Guadalajara hablan de 2.600.000 personas. Argentina es líder en la región por la pronta implementación del sistema, con 2 millones de personas trabajando desde sus hogares; mientras que el Ministerio de Trabajo de Chile afirma que en ese país son 500 mil personas.
Para el 2015, el teletrabajo en el mundo alcanzará la cifra de 1,300 millones de personas, representando el 37.2 por ciento de la población activa mundial, según el último relevamiento publicado por la consultora en tecnología IDC.
Sin embargo, como sucede siempre que hay cambios, las nuevas tendencias dan lugar a creencias negativas que van quebrándose poco a poco.
Uno de los argumentos de los detractores del teletrabajo es el temor a la baja de productividad. Las estadísticas demuestran que pautar metas mejora el resultado final sin importar desde qué lugar fueron alcanzadas. Y las múltiples plataformas que brindan las soluciones Cloud, permiten producir full time y desde donde sea.
Otro temor es la seguridad. Las organizaciones necesitan confiar que sus datos están a resguardo de intrusos. Los pasos en ese sentido son cada vez mayores: existen sistemas de gestión que garantizan el almacenamiento de datos, la privacidad y la protección de los mismos.
Despejadas las dudas, surgen los desafíos: las empresas atraviesan una mutación que va de la jerarquía vertical a la constelación de proyectos, en donde los profesionales involucrados son los responsables de un trabajo que se autogestiona en grupos que suelen no estar físicamente en el mismo lugar y, a veces, ni siquiera hablar el mismo idioma.
Es aquí donde los departamentos de Recursos Humanos toman un rol estratégico y la adopción de sistemas de gestión integrales resulta ineludible para tener acceso inmediato a la información y datos de todos los empleados, brindando una visión global de la empresa. Los profesionales de Recursos Humanos pasan de ser actores de control a generadores de estímulos a la iniciativa, motivadores de innovación.
El teletrabajo trae beneficios tanto para la compañía como para el empleado, ya que reduce costos y tiempo para ambos, promueve objetivos fijos e incentivos; y por lo tanto, aumenta la productividad y estimula la dinámica. ¿Te quedan dudas? Te invitamos a ver algunas cifras.