La internacionalización de las compañías y la expansión de su actividad empresarial hacia otros países, ha provocado el aumento del interés por la dimensión social de las empresas en los últimos años. Los ciudadanos de todo el mundo están cada vez mejor informados y se ha producido una transformación en sus valores, incrementando su conciencia ecológica, social y su nivel de exigencia hacia las empresas. Las organizaciones globales atienden las nuevas demandas sociales de sus grupos de interés mediante acciones que incluyen una serie de actuaciones de orden ambiental y social que van más allá de sus intereses económicos y que están incluidas dentro del concepto denominado RSC (Responsabilidad Social Corporativa).
¿Y cuál es la repercusión de este concepto para el ámbito de los Recursos Humanos? Frente a este nuevo contexto, en la actualidad se exige a las compañías una serie de responsabilidades sociales (RSC) entre las que se encuentra el cuidado y respeto de las personas que forman parte de ellas, una cuestión que ha pasado a ser estratégica para el área de Recursos Humanos y que frecuentemente recae dentro de sus responsabilidades.
Según el informe elaborado por Universia Business Review, existen una serie de normativas y certificaciones la mayor parte de ellos de carácter voluntarista, que ayudan a las compañías a cumplir con sus obligaciones en lo que respecta a la RSC y que afectan directamente al ámbito de los Recursos Humanos:
1. Listas de empresas socialmente responsables: surgidas en los años ochenta en Estados Unidos y extendidas por todo el mundo, tienen como objetivo distinguir a las empresas con mejores prácticas éticas y sociales. A nivel internacional entre las más conocidas podríamos mencionar las lista norteamericana FORTUNE, The 100 Best Corporate Citizens o The 50 Best Workplaces elaborada por el Instituto Great Place to Work y en España el MERCO (Monitor Español de Reputación Corporativa).
2. Índices de sostenibilidad: permiten a las empresas acreditar determinadas prácticas en el ámbito de la RSC establecidas por el proveedor del índice. Los índices que han tenido más impacto a nivel mediático son el Índice de Sostenibilidad Dow Jones (DJSI Word) que pretende orientar a los inversores de mayor sensibilidad hacia el desarrollo sostenible y las prácticas sociales y el FTSE4Good, lanzados por dos reputados proveedores de índices, Dow Jones y FTSE (Financial Times Stock Exchange).
3. Códigos de conducta: guía básica de referencia para los directivos en sus actuaciones diarias, destinada a conectar la misión y los valores de las empresas con su comportamiento cotidiano. Además proporciona líneas claras de actuación que complementan las normas y políticas de las diferentes áreas de la empresa.
4. Normas Internacionales: ratificación voluntaria por parte de las empresas sobre el compromiso hacia determinados acuerdos, declaraciones o normas elaborados por instituciones u ONGs, como el Pacto Mundial de las Naciones Unidas, las Directrices de la OCDE para Empresas Multinacionales o el Libro verde, un documento cuyo objetivo es suscitar un debate sobre la contribución de la UE al fomento de la responsabilidad social de las empresas a escala europea e internacional.
5. Informes sociales: Documento presentado por las empresas junto al informe económico-financiero donde se detallan sus acciones sociales regulado por unas directrices internacionales GRI (Global Reporting Iniciative), para la elaboración de memorias de sostenibilidad social con una cierta uniformidad de criterios, mediante la inclusión de una serie de indicadores, que facilitan la transparencia y comparabilidad entre las memorias de unas y otras empresas. En lo que respecta a indicadores de prácticas laborales y derechos humanos, estos están basados en la declaración tripartita de principios sobre las empresas multinacionales y la política social de la OIT y en las Directrices para las empresas multinacionales de la OCDE.
6. Certificación del respeto a determinadas normas de gestión ética de recursos humanos: como la norma AccountAbility 1000 (AA1000) que pretende garantizar la calidad de las rendiciones de cuentas, evaluaciones y divulgación de aspectos sociales y éticos de gestión mediante la verificación de la información por entidad certificadora, EFR norma creada por el IESE para certificar a aquellas empresas que facilitan la conciliación de vida laboral y familiar de los empleados o la ISO 26000:2010, que promueve la integración de un comportamiento socialmente responsable en cualquier organización.
Durante estos últimos años ha quedado de manifiesto que la RSC, un concepto que en un principio pudiese parecer una moda pasajera, lejos de desaparecer se ha ido consolidando en la sociedad actual. Ya no basta con que las compañías parezcan responsables, tienen que serlo y qué mejor modo de conseguirlo que comenzar por el cuidado de su principal valor: las personas que las conforman.