En la actual coyuntura económica resulta un hecho contrastado que las empresas españolas han decidido impulsar sus estrategias de crecimiento internacional. De acuerdo a los últimos datos proporcionados por el Ministerio de Economía, el 41% de ellas aumentó sus exportaciones en 2012, y según la Encuesta de Coyuntura de la Exportación, la mayoría incrementó o mantuvo estable sus ventas al exterior sin prever que esta tendencia cambie. Estos datos ponen de manifiesto el valor que nuestra marca tiene en el exterior, y la oportunidad que la internacionalización supone para nuestras empresas.
¿Y qué ocurre cuando una empresa decide salir al exterior? A la hora de abordar un proceso de internacionalización, las organizaciones que vayan a operar en otros países tienen que considerar el área de Recursos Humanos como uno de sus pilares básicos que será clave para el éxito o el fracaso de sus proyectos. Según se va incrementando la presencia internacional de una compañía, surgen una serie de retos en este área que deben ser resueltos: la aplicación de políticas de recursos humanos transparentes y comunes para todos los países, la importancia de combinar estrategias globales con los requerimientos locales o el control de los costes de un proyecto de estas características, son aspectos que ocuparán un papel estratégico para las empresas que se planteen estar presentes en el mercado global.
Y para gestionar estos aspectos el uso de la tecnología se ha convertido en un aliado imprescindible. Ya no es justificable escuchar a los máximos responsables de una organización «tengo alrededor de mil trabajadores en el mundo», ni tampoco que las distintas delegaciones reporten a sus empresas matrices la información de sus empleados para que sea consolidada de forma manual. Las compañías multinacionales se han dado cuenta de que los procedimientos tradicionales, han pasado de ser una solución a un lastre, ya que la situación de la plantilla puede variar desde que la información se remite en un documento hasta que los datos se unifican y se hacen oficiales.
Para optimizar estos sistemas obsoletos que, en múltiples ocasiones conlleva errores humanos y pérdida de información, las multinacionales precisan contar con plataformas tecnológicas globales que les ayuden a gestionar su capital humano. Estos sistemas les permitirán ahorrar los costes operacionales, además de garantizarles una mejora en su gestión y una automatización de sus procesos, que redundará en un incremento de la productividad y en la consecución de los objetivos de negocio de la compañía.
Este tipo de soluciones permitirá a la dirección definir un modelo de gestión de recursos humanos global y desplegarlo en cada país en el que operen, respetando las particularidades laborales, legislativas y culturales de cada uno de ellos, aspecto que a priori parece tan sencillo pero que en numerosas ocasiones no se suele tener en cuenta. Por ejemplo, gestionar un proceso de contratación no es igual en España, en Estados Unidos o en Arabia Saudita, ya que mientras que en algunos países resulta obligatorio conocer la religión o la raza de los trabajadores, en otros no está permitido.
La dispersión geografía de las organizaciones es por tanto hoy en día una necesidad cada vez más frecuente de las compañías actuales. Por eso, contar con una herramienta tecnológica global que consolide y garantice toda la información de los empleados en tiempo real es una realidad de la que muchas empresas españolas ya se han dado cuenta.