La crisis sanitaria del Covid-19 ha traído consigo la transformación radical de los lugares de trabajo. Este año, las empresas tendrán que prestar especial atención a los cambios sustanciales que ha traído el 2020 y comprender cómo desbloquear la recuperación y el crecimiento a medida que continúe la incertidumbre.
Una de las labores primordiales para los líderes de RR.HH. es enfocarse en las personas y pensar en nuevas formas de invertir en los talentos de la empresa. Si bien, los directores de Recursos Humanos no pueden predecir todo lo que se avecina, sí que pueden prepararse para desafíos inesperados, tomar medidas rápidas y proactivas para mitigar la crisis.
No obstante, esta situación plantea una gran cuestión: ¿Estamos implementando nuevos incentivos y estrategias adecuadas para nutrir el talento que se necesita para ser una empresa innovadora? Probablemente, la mayor parte de las organizaciones han tenido que redistribuir de una manera un tanto incierta a su personal tras el Covid19, con un equipo en su mayoría ubicado en un lugar fijo y varios empleados remotos, o en un sistema híbrido en el que algunos días un grupo hace trabajo presencial y otros remoto. Pero incluso con la infraestructura de trabajo organizada, mantener una comunicación regular con los empleados se ha convertido en una necesidad. Se hace indispensable tener reuniones frecuentes que puedan dar a los managers información acerca del estado anímico del equipo. Les corresponde a ellos la labor de escuchar y aprender, para buscar formas de impulsar el compromiso y la satisfacción de los empleados durante tiempos difíciles, sosteniendo al equipo con los objetivos y propósitos marcados.
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