Un jefe bajo esta definición no solo ayuda a la persona a crecer, porque es parte de su KPI, sino que va un paso adelante. Enseña a los demás a trabajar en el flow, lo que significa auto gestión y crecer fluyendo, con mayor bienestar personal y laboral.
Me atrevo a proponer que pensemos en la palabra liderazgo con otro enfoque. De manera recurrente pensamos en esta figura como una persona capaz de influir, motivar y dotar a los equipos de un marco de valores en los que pueden moverse.
Es una descripción acertada pero también limitada para las necesidades actuales.
Por ejemplo, un esquema híbrido de trabajo requiere personas con capacidad de auto gestión. Un líder tradicional motiva parar lograr esa meta, lo que es importante, pero es necesario que ‘suelte el control’ de querer incentivas a todos bajo una misma dinámica y permita que cada persona participe en cocrear su propia experiencia de motivación.
Eso implica pasar del liderazgo que se centra en el grow –querer que la gente crezca- (muchas veces a través del control) a ser coach o líder flow , que devuleve el protagonismo a la persona. Es el empleado que decide cómo fluir en bienestar en sus actividades.
Quiero ser un líder que dirijo y me auto dirigo ¿cómo lo hago?
Este contenido surge tras una conversación con Santiago Vázquez, director del Centro de Liderazgo Emergente en el Tecnológico de Monterrey (México), autor del libro Coaching Emergente y colega en el estudio del enfoque de la psicología positiva aplicada a organizaciones.
Si los líderes se centran en acompañar a la persona para su desarrollo, en escuchar sus motivaciones y en retroalimentar -entre otras acciones- ¿por qué no tenemos a gente que se autogestione mejor? Ésta fue una de las preguntas.
La respuesta se centra en cómo se maneja la combinación entre entre acompañar a la persona al vez que se le permite ser responsable de sus decisiones.
Esta es una premisa que ha estado en la mira de exponentes de la psicología positiva —que estudia científicamente el funcionamiento óptimo de las personas- y que se ha convertido en un gran repositorio, o proveedor de herramientas para los procesos de coaching en las empresas.
De esos estudios, se desprende que los líderes debe moverse en un enfoque diferente si se apunta hacia equipos auto dirigidos, más independientes.
Un ejemplo práctico es que un líder tradicional centra la retroalimentación hacia un colaborador sobre ¿qué faltó para hacer las cosas bien en su trabajo? Aquello que se hizo mal implica -en términos del estudio de emociones- centrarse solo en el pasado.
Cuando el jefe habla del pasado pero luego se vuelca en qué cambiar a futuro, también hay un un enfoque de tradicional. No es sino hasta que el jefe habla en el momento que da el feedback, sobre aciertos y lo que se hizo positivo, que empieza el salto a ser un líder emergente.
Otra característica de este tipo de liderazgo es que ayuda a la la persona a que asuma la gestión de sus emociones, y entender que esto no depende del jefe, del amigo, de un tercero. Además, fija las bases paa que la persona identifique las fortalezas de carácter que son innatas en la persona o que se desarrollan con el tiempo.
El líde pone tanto la herramienta , como la invitación a que la persona participe en diseñar su propio plan para potenciar las fortalezas.
El autor de Liderazgo Emergente acota sobre una idea que me parece interesante reflexionar: no tenemos muchos líderes emegentes, que cedan el timón a sus equipos, por no querer perder el control, así que la respuesta inemdiata – como de acto reflejo- es matizar los errores de las personas,
Romper con la estructura de controlar hasta la mínima acción, el más puro ejemplo de un micromanagemente, para conseguir resultados es lo primero a cambiar para evolucionar al modelo de líder generador de confianza, compromiso y de dotar herramientas para actuar desde aquello que la gente hace bien, por naturaleza y por lo que ha desarrollado en su historia profesional y personal.
En resumen, un líder emergente es una persona capaz de ir del grow (me ayudo e impulso a otros a crecer porque es parte de las metas) al flow (una vez que la persona se conoce contribuye en elegir las herramientas para crecer , pero fluyendo, con mayor bienestar y auto gestión).
Llegar a ese nivel de liderzgo requiere pasar por cuatro fases:
- (F)ind yourself: propiciar el autoconocimiento y la responsabilidad (esto sucede por mí y no por otros).
- (L)ead positively: desarrollar la capacidad de pensar en positivo para generar comportamientos afínes.
- Focus on (O)bjectives: generar propósito y foco para alcanzar los objetivos.
- Achieve (W)ell-being: obtener resultados y, además, alcanzar mayores niveles de satisfacción con la vida y felicidad.